CARTA PÚBLICA DIRIGIDA AL ARZOBISPO JOSÉ RAFAEL QUIRÓS ACERCA
DE LA IGLESIA EN LAS ELECCIONES
Estimado Monseñor:
Esta no es una carta edulcorada, pero
esperamos que usted vea, en la sinceridad, la medida de nuestro amor por la
Iglesia.
Los temas sobre la familia y la ética
sexual han predominado en la contienda electoral, poniendo en segundo plano
otros muy importantes como la justicia social y la inequidad en la distribución
de la riqueza. Antes de la elección del 4 de febrero, no recordamos haber visto
ningún llamado de los obispos para ampliar la temática, con lo que se permitió
–de modo directo o indirecto– un énfasis
erróneo que desorientó al electorado. Tanto es así que en cartas posteriores, y
tardías, la Conferencia Episcopal se vio en la necesidad de solicitar una
visión integral.
Autorizados analistas opinan que
Restauración Nacional, de innegable raíz neo-pentecostal, en alianza con los
más radicales políticos neoliberales, pretende debilitar nuestro Estado Social
de Derecho mediante una privatización acelerada de las instituciones públicas
como el INS, el ICE, etc. ¿Cuál es la posición de la Iglesia para que ese tema
sea discutido?
Nos preguntamos con angustia por qué la
Iglesia promueve y fomenta tanta cercanía con el neo-pentecostalismo, si no ha
tenido –por décadas– intentos efectivos de diálogo con iglesias de larga
tradición en el país, como la Anglicana, la Luterana y la Metodista. Tan
precipitada cercanía ha servido para respaldar las pretensiones del candidato
de Restauración Nacional. Así opinamos muchos católicos.
El mentor espiritual del candidato
Fabricio Alvarado, señor Rony Chaves, amenaza abiertamente el culto a la Virgen
de los Ángeles y plantea una guerra contra el catolicismo, pero en ningún
momento hemos visto una reacción de los dirigentes católicos que defienda
nuestras creencias y nuestra fé. No se puede argumentar que eso sería meterse
en política.
Acciones como el “Manifiesto Conjunto” entre
la Iglesia Católica y la Alianza Evangélica Costarricense, que –por cierto–
acarreó una reprobación del Tribunal Supremo de Elecciones el 18 enero 2018, y
la marcha “Por la vida y la familia” del 3 de diciembre de 2017, sin duda produjeron
y producen en muchos fieles la sensación de que da lo mismo ser católico que pentecostal.
Esto se vuelve dramático en un contexto de acelerada migración de fieles
católicos hacia otros credos.
Con todo respeto pero con dolor,
afirmamos que hay sacerdotes que públicamente se han manifestado a favor del
partido Restauración Nacional, y que en ningún momento ellos han recibido una llamada
de atención —pública también— desautorizándolos. Ese silencio oficial de los
señores obispos respalda la opción política del partido antes mencionado. El
que calla otorga. Por ejemplo, mientras en días recientes hemos escuchado al
candidato Fabricio Alvarado utilizar la marcha conjunta del 3 de diciembre con
fines políticos, la Iglesia
Católica permanece en el silencio, como si desconociera que las acciones
públicas deben ser respondidas de manera pública.
La Iglesia Católica ha permitido que
circulen –refrendadas por el silencio de sus representantes— falsedades, exageraciones y deformaciones sobre
los programas de educación afectiva y sexual del MEP. Para tener una posición
objetiva, la Iglesia tenía la responsabilidad de hacer un análisis riguroso, desde
la ciencia de la teología, sobre esos programas. Muchos miembros de la Iglesia
no nos satisfacemos con generalidades ni planteamientos de fundamentación no
fehacientemente demostrada.
Con todo respeto hacia Usted y amor por
nuestra Iglesia, esperamos que su respuesta pública contribuya a esclarecer las
confusiones creadas en la población católica.
Deyanira Sequeira, Estrella Zeledón de Carazo, Cristina Zeledón y 22 firmas más, San José, CR, 15 de marzo del 2018

Muy valiosa y oportuna carta, gracias por enviarla. Esperemos que los Pastores escuchen la voz de su rebaño y actúen solícitamente y no que se pastoreen a ellos mismos conforme a sus mezquinos intereses. Atte.
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